Esa mañana me desperté la primera. Como apenas había salido el sol, me quedé en el refugio, pero no conseguía conciliar el sueño, ya que la luz no era demasiado fuerte para poder ver con claridad, pero había suficiente como para no poder conciliar el sueño. Además había algo que me inquietaba.
Llevábamos más de una semana en la isla, pero no había oído una sola noticia acerca de un avión perdido, ni la desaparición de veintisiete niños. ¿Qué ocurría? ¿Porqué no nos estaban buscando? Empecé a preocuparme por si tendríamos que permanecer mucho más allí, y tendríamos que hacer algo para que nos rescatasen. Me levanté, y tropecé sin querer con mi compañera de refugio. Salí de este y me dirigí a la hoguera. Cogí el palo para atizarla, y me quedé observando la llama que surgía de este, y un humo oscuro también procedía de lo chamuscado. ¡Claro! Lo que necesitábamos era una gran señal de humo, pero cómo no se nos había ocurrido antes, esa era una buena pregunta. Manteníamos la hoguera encendía por si pasaba un barco o un avión, pero la señal era demasiado débil. Pero, incendiar toda la isla... Eso no lo podríamos hacer, además, si la idea fracasaba, no podríamos continuar allí. Era bastante poco probable que la señal no se advirtiera, pero arriesgarnos podría acarrear graves consecuencias.
Entonces recordé un episodio de "El Último Superviviente", un aventurero al que soltaban sin más que un cuchillo y una cantimplora vacía y se enfrentaba a los peligros de algunos parajes insólitos y peligrosos.
En este episodio, este hombre estaba perdido en una isla desierta, y con su cuchillo hizo durante un rato señales solares, hasta que fue rescatado por un barco.
Las maletas estaban llenas de utensilios de aseo, por lo que fue fácil encontrar numerosos espejos. Ya había amanecido cuando agrupé unos trece, y mis compañeros ya se habían levantado. Observaban la agrupación de espejos, y les expuse mi preocupación por la larga estancia en la isla, la idea de prenderla fuego y la de hacer señales con los espejos.
Decidimos que lo mejor sería hacer señales con espejos para no arriesgarnos a quemar la isla y perderlo todo, y si no funcionaba, nos tendríamos que exponer a hacer la gran señal de humo.
Buscamos todos los espejos posibles y los agrupamos con cuidado en un montón. En total había treinta y siete pequeños espejos de neceser. Nos las arreglamos para atarlos y montamos un extraño gran espejo. Lo movimos cuidadosamente hasta encontrar el reflejo del sol, y esperamos.
La espera se hizo eterna, nos turnábamos para sostenerlo mientras que los demás iban a descansar.
Poco a poco, fue cayendo la noche, y con una gran decepción, nos reunimos alrededor de la hoguera.
Teníamos el dilema de seguir con esta señal o empezar a quemar la isla. Decidimos que haríamos la señal, pero si al día siguiente no nos recogían, haríamos la señal de humo.
Esa noche sí escuché la radio. No hubo más noticias que las siguientes:
-Los candidatos de UPYD visten de ""ciudadanos comunes" y conversan con los vecinos de la Comunidad de Madrid con la estrategia de convencer "a pie de calle" y alcanzar el 5% necesario para conseguir representación.
-Gallardón se compromete a reformar Goya, que perderá un carril para el tráfico, y Mayor. Peatonalizará Carretas, la travesía de Arenal y Bringas, Cuchilleros, Cava de San Miguel y el entorno de Conde Duque. Las tarifas de parquímetros se regirán por la contaminación y el bus podrá pagarse con el móvil.
-Aquirre ofrece 10 nuevos centros y 5000 plazas para las personas mayores, así como nuevas unidades para Alzheimer y Parkinson.
-Lissavetzky apuesta por un plan basado en la tecnología y la innovación para convertir a Madrid en la ciudad de la Ciencia.
-Una de las razones más por la que la concentración que se ha convertido en acampada en Plaza Sol es por la lucha contra la subida de tasas de la complutense, con las que el coste de matriculación será mayor.
No, esta noche tampoco había noticias de aviones o niños desaparecidos, pero los políticos seguían ofreciendo más y más propuestas para ser votados.
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